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Historia

LA LEYENDA DEL CABALLO BAYO

Como todas las grandes historias, la del Caballo Bayo está ligada a un héroe. José Inés Loredo, nacido en San Luis Potosí, comienza a aficionarse a la gastronomía en el Hotel Inglaterra, donde inició como ayudante de cocina. Allí surgió la idea de traer la comida tradicional a la capital del país.

Este sueño comenzó a hacerse realidad cuando funda el primer Tampico Club en Avenida Juárez, después el Lincoln en el centro de la ciudad, María Candelaria en Xochimilco… hasta que se trasladó a una propiedad cerca del Hipódromo. Y ahí comienza la leyenda.

La afición por los caballos 

Los jinetes que solían cabalgar por la zona del Hipódromo de las Américas fueron los primeros en disfrutar de la legendaria hospitalidad de Loredo. En aquel paradero campestre se ofrecía música, buen tequila y comida mexicana a los amantes de los caballos. Pronto, don José se decidió a comprar aquella propiedad y fundar un restaurante.

Nace el Caballo Bayo

Fue el mismo Don José Inés Loredo quien eligiera el nombre del Mesón, en honor del caballo que lo acompañó en la revolución, donde fuera jefe de trompeta.

El 14 de septiembre de 1947, la Asociación de Charros de México inauguró el negocio “El Mesón del Caballo Bayo”, en un desfile que comenzó en el Zócalo y terminó en el nuevo restaurante con una gran fiesta.

Fue hasta 1968 cuando comenzó como restaurante formal, de fin de semana y familiar. Entonces su ubicación se consideraba como la periferia de la ciudad: apenas empezaba la colonia Lomas Hipódromo, el Club de Golf Chapultepec, el Hipódromo de las Américas… El Mesón se fue adaptando a la época y a la gente. Se creó un bar al aire libre y comenzaron los banquetes en los salones.

Los legendarios platillos del Caballo

Pionero en la comida regional, Don José Inés Loredo creó su propio legado en los platillos tradicionales mexicanos. La Tampiqueña, corte de preparación especial y exquisito sabor, es sólo el más conocido de los platillos de su legado: las sabanitas, los tacos sudados, el Caldo Búfalo, la Fuente de Mariscos de la Eterna Juventud… Don José, siempre se preocupó por buscar en los diferentes estados del país, toda la gastronomía para darla a conocer en la capital.

El lugar de moda

El Mesón del Caballo Bayo se convirtió en el lugar de visita obligada para políticos, artistas y socialités durante los sesenta, setenta y ochenta. Lo frecuentaban por la atención, por el ambiente, pero principalmente por la comida. El filete a la tampiqueña y la sopa de médula ya se habían convertido en referente de la cocina mexicana desde entonces.

Para el año 2006, en el restaurante laboraban 130 empleados de planta y eventuales, y a todos se les capacitaba para que ofrecieran un servicio de calidad.

El 28 de septiembre del 2007 se festejó el 60 aniversario del Caballo Bayo. Fue, como cada año, una fiesta de puertas abiertas, en el salón más grande, donde celebraron seis décadas del sabor extraordinario y la tradición de la comida mexicana.

La fiesta se dividía en varias etapas, primero se hacía una verbena, en la que se jugaba a la lotería, a serpientes y escaleras, había algodoneros y personas ofreciendo dulces y antojitos, como en la época de antaño; luego pasaban a cenar, Sopa Búfalo, carne asada a la tampiqueña, mole de guajolote al tamarindo, dulces mexicanos y café de olla. Todo ello, acompañado por supuesto con tequila.

Una pausa en el camino

El 24 de diciembre del 2014, después de 67 años de servir las creaciones culinarias de Don José Inés Loredo, el restaurante Caballo Bayo cerró sus puertas. José Luis Loredo, quien estaba a cargo del restaurante como segunda generación, declaró en ese entonces: “Ya no es lo mismo después de tantos años y llegamos a la conclusión de hacer una pausa para renovarnos”.

La leyenda cabalga de nuevo

En 2023, el nuevo Caballo Bayo regresa en el Nuevo Polanco. La tradición del servicio y el sabor inconfundible de las creaciones de Don José Inés Loredo son el deleite de quienes buscan el mejor lugar para celebrar.